
El emblemático Ferrocarril Tacna-Arica, que une las ciudades fronterizas de Chile y Perú, ha iniciado un ambicioso proceso de modernización que busca recuperar su importancia histórica y convertirlo en un motor clave para el desarrollo económico y turístico de la región.
El proyecto contempla la renovación completa de sus vías férreas, la adquisición de nuevos trenes y la modernización de sus estaciones, con el objetivo de mejorar la calidad, seguridad y frecuencia del servicio. Actualmente, el ferrocarril funciona con una frecuencia limitada y un material rodante que data de varias décadas atrás, lo que ha restringido su uso mayoritario al transporte local de corta distancia.
La iniciativa busca transformar esta situación, dotando al tren de una infraestructura moderna capaz de responder tanto a las necesidades de transporte de pasajeros como de carga ligera, con la proyección de convertirse en un eje logístico relevante para el comercio regional.
En su dimensión turística, se espera que la reactivación del ferrocarril permita el ingreso fluido de cientos de visitantes por semana, especialmente desde Chile hacia Tacna. Durante años, el tren ha sido una vía de acceso tradicional para quienes buscan recorrer los atractivos culturales, gastronómicos y comerciales del sur peruano. Con una mayor capacidad, el nuevo tren podría convertirse en una alternativa ecológica y patrimonial al tránsito vehicular por el paso de Chacalluta–Santa Rosa.
Desde el punto de vista económico, el proyecto también considera integrar el ferrocarril a una red logística mayor, conectando el altiplano con los puertos del Pacífico. Esto abre la posibilidad de facilitar exportaciones e importaciones desde países vecinos como Bolivia y el norte argentino, mejorando la competitividad de la macrozona andina.
El financiamiento del proyecto se estructurará a través de una alianza público-privada, con apoyo de los gobiernos regionales y nacionales de ambos países. Las obras de modernización se proyectan para comenzar a fines de este año y podrían extenderse durante 2026, con una fase de operación piloto entre ambas estaciones al término del primer tramo.
Vecinos, operadores turísticos y comerciantes locales han recibido positivamente la noticia, destacando la importancia del tren como símbolo binacional y su potencial para revitalizar el tránsito fronterizo en condiciones más seguras, rápidas y sostenibles.
La recuperación del Ferrocarril Tacna-Arica no solo responde a una demanda histórica, sino que se alinea con un enfoque de integración territorial que promueve el intercambio cultural, el turismo y la cooperación logística entre Chile y Perú. Si el proceso avanza según lo previsto, el tren podría volver a convertirse en un ícono de movilidad moderna y desarrollo conjunto en el eje suramericano.