
El verano en Arica atrajo nuevamente a miles de visitantes que llegaron a disfrutar del sol, las playas y la vida costera del extremo norte de Chile. Sin embargo, el mes de febrero cerró con una baja en la tasa de ocupación hotelera en comparación con el mismo período del año anterior.
Durante este mes se registraron más de 24.000 pernoctaciones en establecimientos turísticos, una cifra positiva pero que reflejó una leve contracción en la tasa de ocupación de habitaciones, situándose en torno al 42,5%. Esta cifra representa una baja de casi dos puntos porcentuales respecto al año anterior, marcando una tendencia que preocupa al sector hotelero local.
A pesar de la reducción en la ocupación, la presencia de turistas nacionales se mantuvo firme, especialmente desde regiones del centro y norte del país, quienes eligieron Arica por su clima estable, sus playas accesibles, y su patrimonio cultural. Los destinos más visitados durante febrero fueron Playa Chinchorro, el Morro de Arica, el Valle de Azapa y la ruta de las Momias Chinchorro.
Empresarios del rubro turístico señalan que el fenómeno de la menor ocupación podría estar vinculado a un aumento en la preferencia por alojamientos informales, como arriendos por plataformas digitales y residencias particulares, lo que desvía a parte de los visitantes del sistema formal de hospedaje.
Además, se reportó un incremento en la cantidad de turistas que realizan visitas por el día, sin pernoctar, lo que impacta directamente en las cifras de ocupación pero no necesariamente en la cantidad total de visitantes que recibe la ciudad.
Los servicios gastronómicos, actividades recreativas y tours guiados tuvieron un buen desempeño, con un incremento en la demanda durante los fines de semana y feriados. Los operadores turísticos destacaron el creciente interés por experiencias culturales ligadas a pueblos originarios y rutas ecológicas.
El clima, como es habitual, acompañó con temperaturas estables entre los 22 y 27 grados, lo que permitió el desarrollo de todas las actividades programadas, incluyendo festivales costeros, ferias artesanales y eventos deportivos.
A pesar del descenso en la ocupación hotelera formal, el balance turístico del mes de febrero es mixto: si bien se mantiene un flujo constante de visitantes, el desafío hacia el futuro será formalizar los alojamientos informales, ampliar la oferta de actividades nocturnas y fortalecer la identidad turística de Arica como destino cultural y natural.
Las autoridades locales ya trabajan en estrategias para dinamizar el turismo durante la temporada baja y potenciar circuitos alternativos hacia el altiplano, las termas de Jurasi y los sitios arqueológicos del interior. Se espera que estos esfuerzos puedan equilibrar la estacionalidad del turismo y generar beneficios más sostenibles para toda la cadena económica ligada al rubro.