
Se dice que “todo tiempo pasado fue mejor”, y algo de razón tiene esta frase.
Los seres humanos tenemos la capacidad maxilar-gutural cognitiva de articular y producir sonidos diferentes que llamamos palabras. Hilamos estas palabras que luego convertimos en frases u oraciones con un sentido lógico comunicativo; y así, creamos un sistema de comunicación denominado “idioma, lengua o lenguaje” para distintas comunidades, sistema que asumimos como propio, dependiendo del lugar y la cultura en que se nace. Las palabras no son más que sonidos emitidos por un hablante y un receptor, pero sonidos, al fin y al cabo, provocados por ondas sonoras vibratorias en forma de mensaje y que descifra el oyente.
Por lo tanto, el oído receptor es el órgano esencial que recibe el mensaje y lo descodifica, haciéndolo comprensible para el razonamiento humano. También es el oído el sentido que ayuda a integrar el audio natural de nuestro mundo alrededor y asimilarlo a cada emisor. Eso, da por sentado de que el oído es junto a la vista, uno de los cinco sentidos que mejor nos integra a este mundo de materia y energía, pues, le da sentido y vida a lo que vemos como imagen.
Se sabe a ciencia cierta que todo en este plano físico es materia y energía, y “nos lleva a entender que la materia y la energía son dos formas diferentes de la misma entidad”.
En la vida solemos preguntarnos alguna vez, “¿qué fue del pasado?”, o, “¿qué habría pasado si hubiese tomado otra decisión, dónde estaría ahora, cómo sería mi vida?”. Pues bien, la física cuántica nos he dicho que el mundo está lleno de probabilidades y que todas acontecen de forma paralela, o sea, en realidades paralelas a esta.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra se preguntarán? Bueno, he aquí, mi razonamiento y el entrelazamiento que hago al respecto.
La materia y la energía viajan, se mueven y vibran a la misma velocidad. La vista junto al oído traducen la luz, el color, el audio y el sonido de todo el paisaje que se nos presenta, “la imagen audiovisual”, que viaja a esa velocidad cuántica hasta nuestra percepción. ¿Será posible que una de esas probabilidades de realidades paralelas, salten o traspasen la barrera dimensional, desde esa otra realidad hasta la nuestra y sea una posibilidad cierta, la de controlar nuestras vidas de forma consciente viajando a una u otra dimensión?
Creo que todavía surgen muchas interrogantes a medida que aparecen algunas respuestas, y que urgen ser respondidas, ya sea con palabras, con razonamiento o con el tiempo a cuestas para eso. La ciencia nos lleva, año a año, acercándonos a ese terreno diminuto, desconocido, de materia y energía donde se desvelan conocimientos que inducen a pensar que, tal vez, los mismos principios rigen tanto para la materia física como para la energía invisible. Inclusive, en nuestro campo energético primarían esos principios que podrían cambiar nuestra mirada y nuestra ciencia a corto plazo.
Quién sabe si en un par de años los viajes en el tiempo sean una realidad más que probable… Entonces, si ello ocurre, imagino que podría generarse un cierto desorden o caos en la línea de tiempo transcurrida como pasado, el ir y venir en viajes temporales sería quizás algo arriesgado de controlar y algo podría no salir bien, crearse bucles, abrirse portales en el tiempo, etc. Algo podría desencadenarse con consecuencias fatales e irreversibles para la humanidad con la manipulación degenerada del hombre y su ciencia más allá de la simple investigación. El poder y la avaricia no conocen límites en mentes que no comprenden la vida y la naturaleza tal y como fue diseñada.
Ahora que comprendo mejor cada palabra del lenguaje de la vida, le doy más sentido a la frase “todo tiempo pasado fue mejor”, pues, este tiempo fue más simple, más sencillo, más elemental, más humano y menos artificial.